sábado, 12 de febrero de 2011

El anticristo va a llegar

       Para muchos será la erupción del Eyjafjalla en Islandia, el tsunami del Pacífico y las terribles tormentas en Australia. Para otros la subida del petróleo o las revelaciones de Julian Assange en Wikileaks. Para los futboleros merengues el aviso será el imparable y aclamado juego del Barça.
       Tantas y tantas señales de que se avecina un cambio de magnitud planetaria. Revueltas que se suceden en cadena como si fueran una ristra de petardos en el norte de África. El desesperante éxito de libros como El secreto o  de canciones pésimas como el Alejandro de Lady Gaga.
       Algunos síntomas son más sútiles pero, de la misma manera que me resultan más aterradoras aquellas escenas cinematográficas en las que el director deja a nuestra imaginación la creación del miedo, a veces esos avisos en voz baja me atemorizan más que la reelección de Bush Junior o la designación del último Papa.
       Entrar a tomar una cerveza en un local de Paseo de Gracia y encontrar en el mismo rincón de fotos una de Gisela de Operación Triunfo junto a otra de una conversación entre Luis Buñuel y Orson Welles me ha producido un escalofrío que me ha dejado con la espina dorsal helada. Como si hubiera visto un 666 escrito con sangre en la pared, un crucifijo al revés, un bebé con los ojos inyectados en sangre.
       ¡Hermanos, preparaos! El Final está cerca.

2 comentarios:

  1. Mmmm bueno bueno, tan poco es para tanto!
    He sonreído abiertamente al imaginarte catatónica en esa cafeteria :)
    Miralo de este modo: esa increíble experiencia te ha servido de inspiración para escribir...
    :)
    Un abrazo!

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  2. Ah, pues te falta ir al bar que teníamos al lado de ENDESA donde íbamos a desayunar. Las fotos de los famosos se combinaban con instantáneas de los currantes de la zona habituales del local. Vamos, que al lado de Ronald Koeman te encontrabas a gente del departamento de Cogeneración y Renovables.

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