domingo, 8 de mayo de 2011

Tú juegas a engañarme, yo juego a que te creas que te creo

       Aprovechando una viñeta de Quino que ha colgado un amigo en su muro de Facebook, que ayer viví una epifanía democrática y que el Pisuerga pasa por Valladolid querría comentar hoy el absurdo que suponen los actos de la campaña electoral que en estos tiempos nos rodea, nos atosiga y nos revuelve.


       Ayer asistimos a una cena en una caseta de la Feria de Abril (en mayo) de Andalucía (en Barcelona) amenizada por sevillanas y bachata caribeña a partes casi iguales. Esto de por sí ya resulta bastante contradictorio. Pero no acaba ahí la cosa...

       El súmmum del sinsentido es observar a unos señores de corbata y con menos salero que Bush bailando la Macarena intentando mostrarse divertidos y "enrollados" ante las cámaras y la concurrencia. Una concurrencia a la que mayoritariamente le importan un bledo estos señores y que, si acaso muestran algo de interés, mostrarían mucha más excitación encontrándose con un participante de Gran Hermano o cualquier otro "artista de postín". Unos señores agotados de vivir constantemente en campaña porque es lo que tienen que hacer todo el año, con la salvedad de que cada cada cierto tiempo lo pueden decir abiertamente.

       Ellos están donde no les apetece estar, haciendo algo que no les apetece hacer para unas personas que no les echarían de menos si no estuvieran. En ocasiones acaparando los mejores puestos y complicando las cosas con sus dispositivos de seguridad a aquellos que van al acto en cuestión con verdaderas ganas.

       Es el mejor ejemplo de antieficiencia y es lo que hacen todos los candidatos sin excepción. Cada partido político tenía su caseta, ocupadas básicamente por militantes incondicionales que lo mismo acuden a la Feria de Abril que al concurso de belenistas o a la final del campeonato de rugby inter-barrios. Hay que acompañar al candidato, aunque ni se hable con él, aunque lo único que el pobre inspire sean ganas de darle un chocolate caliente y mandarle a la cama a descansar de tanto acto vacío, de tanto paripé.

       ¿De verdad sirve esto para algo?, ¿es esta la base de la democracia? ¡Que lamentable experiencia!

1 comentario:

  1. escucho tus bobadas... y no me importa naaadaaa...
    jajajajajaj

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