viernes, 6 de enero de 2012

Sólo cinco minutos

Cinco minutos que saben a gloria. 
Cinco minutos benditos.
Cinco minutos de calor, de mimos.
Cinco minutos de hogar, de reencuentro.
Cinco minutos con vocación de eternos.
Cinco minutos rabiosos y dulces.
"Sólo cinco minutos más, sólo cinco"...
Mi cabeza apoyada en tu hombro, nuestras piernas enlazadas, mi mano en tu pecho.
Cinco minutos más en mi mundo perfecto, antes de verme abocada a salir al otro, al frenético, ruidoso y frío; ese mundo que es de todos y de ninguno.
Cinco minutos más que me regalo, que necesito.
Cinco minutos robados al tiempo, a la responsabilidad, al desayuno.
Cinco minutos que se convierten en diez, en carreras, en promesas incumplidas e incumplibles de "nunca más". 
Esos maravillosos cinco minutos a solas contigo son la vida, el Sueño, la dulce recompensa que compensa el tener que madrugar y luchar contra el cansancio y la rutina sabiendo que con el próximo despertador también vendrán esos mágicos, irrepetibles y (¡gracias al cielo!) frecuentes cinco minutos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario